Al
igual que en otras ocasiones, hoy nos han separado en grupos, en estos debimos
elegir una palabra la cual utilizaremos en unas semanas más como base para
realizar un presente para cada uno de sus integrantes, mi grupo escogió “Orquestación”,
en seguida empezaríamos a dejar la quietud de lado, ante esto, por variados
impedimentos físicos, algunas de mis compañeras, a las que me sumé, nos
encomendaron otra función, crear una tranquilizante, relajante melodía para
luego presentarlo como un regalo a los diligentes compañeros.
Fuimos
a una pequeña habitación, en la que decía en su exterior un nombre, insinuando ser
su dueño, descubrimos el desorden existente, trajinamos en la búsqueda de algún
objeto que sirviera para nuestros objetivos, minutos posteriores nos dispusimos
a comenzar, entre tanto escuchamos gritos en el exterior ignorado de nuestros
compañeros que se quedaron con la “dueña” del lugar que invadíamos en ese
momento. . por mi cabeza pasó la idea de
¿por qué vine para acá?, sin embargo era razonable mi motivo. Y de igual modo,
muchas expresaron su disgusto, yo me la guardé, bueno, ahora la estoy
expresando.
Continuamos
con nuestra invención, el tiempo pasaba y no lográbamos concretar la decisión,
se hizo tarde, debíamos presentarnos, al llegar al salón nos sentamos a la
espera de lo desconocido, tuvimos la oportunidad de presenciar dos grandes
producciones de los actores, todos a mi gusto maravillosos, en la primera
exposición mi concentración y mirar iba dirigido en su totalidad a sus
movimientos alocados, impactaban mi pensar, mi imaginación creaba una historia
de lo presenciado inconcientemente, la historia iba entrelazándose con
vivencias fantásticas, fin de la primera actuación, en seguida se presentó la
segunda, mucho mas impactante, muy sorpresivo, agitado, rápido, esta vez no
logró mi mente concretar una historia ficticia en y con mis pensamientos, en un
momento observé a mis demás compañeros al igual que yo espectadores, sus caras
de fascinación me dan una energía de disfrute, de vuelta a la obra hasta su
culmine y acabado. Se escuchan eufóricos gritos de felicitaciones, fuertes
aplausos dirigidos a los que dejaron su cuerpo en el baile, los que se
observaban orgullosos de sus alocados previos momentos, sus frentes brillaban,
el calor y humor humano era imperante en la habitación.
Nuestro
momento activo llegó, los antes actores disparatados, ahora espectadores inmóviles
y pasivos tendidos en el superficie dura descansaban de su gran trabajo, era
hora de su relajación, de recuperar energías, con mis colegas músicas nos
esparcimos, comenzó nuestra tonada con tambores, a los segundos posteriores
diversos tonos se iban manifestando, mientras otros se iban desvaneciendo en el
aire contaminado, observaba los cuerpos cansados de mis compañeros tendidos en
el suelo, tal como si fuera el lugar más apto para la tregua, su cansancio era
evidente, continuamos improvisando la creación a medias fallida, extrañamente
la organizadora nos felicita, la sesión ha finalizado, los cuerpos muertos del
suelo retornan a la vida abriendo los ojos con dificultad, vuelven rápidamente
a sus posturas normales, aplausos a los imprevistos músicos.
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