jueves, 18 de abril de 2013

Organizando sonrisas



Creación, locura, música, silencio, sentir. . .estos términos se me han venido a la mente en la clase de hoy, para la cual debíamos llevar algún instrumento, yo lleve un metalofono, no obstante si es por elección, me habría presentado con mi teclado, pero es demasiado atractivo y notorio para los seres extraños con gustos arrebatadores, y demasiado majestuoso en cuanto a tamaño.
Debimos disponer los ingeniosos objetos de cada uno en el centro de la habitación, rodearlos en forma de disco humano, girar a su alrededor tal como un baile primitivo, luego elegimos el instrumento mas atractivo para nuestros interiores, yo elegí un kultrun, minutos posteriores debimos unirnos en grupo de acuerdo al tipo de  instrumentos y crear una melodía, la intentamos crear armoniosamente, lo que resulto dificultoso pues eran mayormente solo golpes, “puj puj puj”, finalmente debimos exponerlo frente a los demás grupos mechones, inicialmente resulto según lo planeado, luego solo era improvisación, nuestras manos se unían en un nivel extra-material intentando comunicarnos a través de la organización de nuestros pensamientos manuales, terminé la composición con una risa vergonzosa junto a mis socios.
En distintos momentos escuchábamos con atención y emoción las creaciones de nuestros antes o posteriores espectadores, creando opiniones sobre que tal les resultó, a mi parecer, todos tuvieron sus autenticidades apetecibles.
Mientras los demás seres echados en el suelo tal como niños viendo una obra de títeres observaban el espectáculo, se me vino a la cabeza algo especial…. Nosotros podíamos apreciar esto, fuera como espectadores o como actores, gracias a que tenemos un sentido, el de la audición, en nuestro desarrollo embrionario y posterior vida terrenal todo había ocurrido de modo “correcto” en cuanto a la sanidad de este sentido, pero y ¿si fuéramos sordos?, ¿Como habríamos podido lograr obtener esta gama de emociones?
El escuchar el silencio, ¿Qué paradojal no?... a muchos nos tranquiliza luego de momentos muy agitados, lleno de griteríos de la vida ajetreada, bulla provocadas por las maquinarias creadas por el humano…pero no lo planeamos para todo nuestro existir, el escuchar el canto del pajarito, el murmullo o rugir de las gotas descendiendo desde el cielo, el percibir la vida del mar con sus oleajes, las hojas crujiendo bajo nuestros pies protegidos con un material de variable calidad, etc., al menos a mi me deleita.
Podríamos obtener estas emociones y quizá mas aun, de otros muchos modos, ¿entonces tú estarías dispuesto a si fuera posible, ceder tu sentido auditivo, tal como se regala una barra de chocolate?, suena ilusorio, pero cabe dentro de nuestras mentes en un mundo mágico. ¿Serías capaz de hacer el un regalo tan desinteresado y acaso cruel contigo mismo?, ¿Podrías vivir en un mundo sin locura auditiva, donde solo puedas oír tus pensamientos, tus ideas?
Logrando seguramente de manera superior, la obtención del máximo sentimiento por ejemplo con el tacto, o con algo que no sea un sentido, si no un acto. . .el baile, o ¿quizá la música?, pues no es necesario tenerlo para sentirlo. ¿Sí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario