Creación,
locura, música, silencio, sentir. . .estos términos se me han
venido a la mente en la clase de hoy, para la cual debíamos llevar algún
instrumento, yo lleve un metalofono, no obstante si es por elección,
me habría presentado con mi teclado, pero es demasiado atractivo y notorio para
los seres extraños con gustos arrebatadores, y demasiado majestuoso en cuanto a
tamaño.
Debimos
disponer los ingeniosos objetos de cada uno en el centro de la habitación, rodearlos
en forma de disco humano, girar a su alrededor tal como un baile primitivo,
luego elegimos el instrumento mas atractivo para nuestros interiores, yo elegí
un kultrun, minutos posteriores debimos unirnos en grupo de acuerdo
al tipo de instrumentos y crear una
melodía, la intentamos crear armoniosamente, lo que resulto dificultoso pues
eran mayormente solo golpes, “puj puj puj”, finalmente debimos exponerlo frente
a los demás grupos mechones, inicialmente resulto según lo planeado, luego solo
era improvisación, nuestras manos se unían en un nivel extra-material
intentando comunicarnos a través de la organización de nuestros pensamientos
manuales, terminé la composición con una risa vergonzosa junto a mis socios.
En distintos
momentos escuchábamos con atención y emoción las creaciones de nuestros antes o
posteriores espectadores, creando opiniones sobre que tal les resultó, a mi
parecer, todos tuvieron sus autenticidades apetecibles.
Mientras
los demás seres echados en el suelo tal como niños viendo una obra de títeres
observaban el espectáculo, se me vino a la cabeza algo especial…. Nosotros podíamos
apreciar esto, fuera como espectadores o como actores, gracias a que tenemos un
sentido, el de la audición, en nuestro desarrollo embrionario y posterior vida
terrenal todo había ocurrido de modo “correcto” en cuanto a la sanidad de este
sentido, pero y ¿si fuéramos sordos?, ¿Como habríamos podido lograr obtener
esta gama de emociones?
El
escuchar el silencio, ¿Qué paradojal no?... a muchos nos tranquiliza luego de
momentos muy agitados, lleno de griteríos de la vida ajetreada, bulla
provocadas por las maquinarias creadas por el humano…pero no lo planeamos para
todo nuestro existir, el escuchar el canto del pajarito, el murmullo o rugir de
las gotas descendiendo desde el cielo, el percibir la vida del mar con sus
oleajes, las hojas crujiendo bajo nuestros pies protegidos con un material de
variable calidad, etc., al menos a mi me deleita.
Podríamos
obtener estas emociones y quizá mas aun, de otros muchos modos, ¿entonces tú estarías
dispuesto a si fuera posible, ceder tu sentido auditivo, tal como se regala una
barra de chocolate?, suena ilusorio, pero cabe dentro de nuestras mentes en un
mundo mágico. ¿Serías capaz de hacer el un regalo tan desinteresado y acaso
cruel contigo mismo?, ¿Podrías vivir en un mundo sin locura auditiva, donde
solo puedas oír tus pensamientos, tus ideas?
Logrando
seguramente de manera superior, la obtención del máximo sentimiento por ejemplo
con el tacto, o con algo que no sea un sentido, si no un acto. . .el baile, o ¿quizá
la música?, pues no es necesario tenerlo para sentirlo. ¿Sí?